¡Nos Casamos!

Nos conocimos en un retiro de misiones en la universidad. Entre tantas personas, fue ella. La vi y lo supe: era con Melina con quien quería compartir mi vida. Pero no fue tan fácil. A veces dudaba, no sabía si realmente quería estar conmigo o si todo era solo una ilusión. Mi miedo y mis inseguridades me hacían dudar en ocasiones.
Y si… yo también lo vi! Sentí algo que no entendía: una mezcla de alegría, nervios y algo que me movía el corazón. Con el paso de los días, supe que algo grande estaba pasando, pero las dudas también me acompañaban. No podía ver lo maravilloso que era él… porque el miedo me frenaba. Hasta que un día, lo entendí: él siempre estuvo ahí. Con paciencia. Sin prisa. A mi lado. Era él. Con quien quería descubrir lo que significaba un amor bonito.
Pasaron meses hasta que me regaló ese primer beso que tanto esperé de ella. No fue como lo había imaginado, fue mejor… porque fue real, imperfectamente perfecto, solo nuestro.
Desde ese primer beso que me dió, la vida se volvió más ligera, más divertida, más plena. Nunca imaginé cuánto él me haría reír, cuánto me enseñaría, ni cuánta paz me daría.
El 6 de septiembre de 2018, en un restaurante lleno de magia, le pedí que fuera mi novia. Me dijo que sí. Y desde entonces, cada día con ella ha sido un regalo.